Cap3.
Ya llegada. en New York.. ¿A dónde se suponía que tenia que ir ahora? había terminado por hoy, y supongo que apenas era la hora del almuerzo.
Nunca había hecho un trabajo tan difícil y doloroso, o por lo menos eso pensaba.
Me puse de pie con delicadeza y con cuidado de no caer de bruces al suelo, me acerque a la gran puerta y tomo el pomo de ésta para girarla de una buena vez o golpearla.
Me detuve durante un instante al escuchar la voz de mi madre y una extraña y chillona voz femenina. No sabia si realmente quería entrar allí pero lo hice tome valentía y toque brevemente la puerta.
..y fue en ese entonces cuando sentí la puerta abrirse y unos suaves brazos entre los míos.
—¡mi hermosa bebe!—grito, mi madre.
—¡hey!—era muy perfecto para ser real.
—mi niña, preciosa, estas tan bella—dijo, esta vez en voz baja, tomándome del rostro —ven adelante, entra.
—que nervios—dije, observando el living—no sabia que hacer en la puerta.
—pues solo tenias que entrar.
En la gran casa de mi madre, había gente de aquí para allá, gente que jamas había visto en mi vida, limpiaban y le servían a mi madre. Mire todo muy rápido, los sofás, el color de las paredes, la hermosa decoración y por ultimo observe un cuadro que había en uno de los muebles, era uno, con la cara de mi padre, y luego otro, de mi abuelo y mio.
—¿que miras?—dijo, mi madre, mientras dejaba una taza de café sobre la mesa.
—las fotos—dije—¿Por que tienes una de papa?.
—¿no puedo?.
—claro, me parece lindo de tu parte—conteste, tomando un sorbo de café.
—mira Chelsey, tu padre es un gran hombre, con un gran corazón y muy buena persona. Que estemos separados no quiere decir que aun no ame a tu padre, pero el.. el solo, no es el mismo, no es la persona de la cual me enamore, amaba verlo sonreír y... era todo tan hermoso. Llega un momento en el que tienes que parar y pensar en ti y no en la otra persona y pues, fue lo que nos paso. Me di cuenta que no estaba enamorada de tu padre, solo estaba con el por comodidad, aparte, tenia mis dos niñas hermosas y no quería que les faltara nada, solo por eso seguí con el.
Terminada nuestra conversación, salí de casa y fui a caminar. A unas cuadras pase por una cafetería donde mi ex, Ethan y yo, pasábamos a tomar unos cafés en invierno, solo pudimos hacerlo un invierno, ya que, nos peleamos, y todo quedo así. Nunca mas hablamos, nunca mas nos encontramos, ni siquiera recuerdo por que discutimos, últimamente peleábamos por cualquier estupidez.
Mire a ver si estaba Ethan, hasta el año pasado el trabajaba allí y vivía en New York, quizá ahora no.
Observe el cartel de ''abierto'' y ''empuje'', en la puerta y entre.
—¿Que quiere que le traiga señorita? —dijo el camarero.
—emm, pues, nada. ¿puedo hacerle una pregunta?.
—si, claro.
—Ethan.
—¿que hay con Ethan?
—¿trabaja aquí? —pregunte en voz baja.
—Oh, si si.
—¿y cuando puedo encontrarlo?
—no creo que tenga permiso para decírselo.
—por favor dímelo, es una simple pregunta.
—bien, el esta por las mañanas todos los días de la semana, desde las seis a las doce del mediodía, menos los sábados y domingos.
—muchas gracias.
—le di mucha información—le sonreí y luego se fue.
Me marche de ahí, planeando volver al día siguiente por la mañana, solo quería saber que era de su vida y que tal le caería verme otra vez.
—¡hey!—era muy perfecto para ser real.
—mi niña, preciosa, estas tan bella—dijo, esta vez en voz baja, tomándome del rostro —ven adelante, entra.
—que nervios—dije, observando el living—no sabia que hacer en la puerta.
—pues solo tenias que entrar.
En la gran casa de mi madre, había gente de aquí para allá, gente que jamas había visto en mi vida, limpiaban y le servían a mi madre. Mire todo muy rápido, los sofás, el color de las paredes, la hermosa decoración y por ultimo observe un cuadro que había en uno de los muebles, era uno, con la cara de mi padre, y luego otro, de mi abuelo y mio.
—¿que miras?—dijo, mi madre, mientras dejaba una taza de café sobre la mesa.
—las fotos—dije—¿Por que tienes una de papa?.
—¿no puedo?.
—claro, me parece lindo de tu parte—conteste, tomando un sorbo de café.
—mira Chelsey, tu padre es un gran hombre, con un gran corazón y muy buena persona. Que estemos separados no quiere decir que aun no ame a tu padre, pero el.. el solo, no es el mismo, no es la persona de la cual me enamore, amaba verlo sonreír y... era todo tan hermoso. Llega un momento en el que tienes que parar y pensar en ti y no en la otra persona y pues, fue lo que nos paso. Me di cuenta que no estaba enamorada de tu padre, solo estaba con el por comodidad, aparte, tenia mis dos niñas hermosas y no quería que les faltara nada, solo por eso seguí con el.
Terminada nuestra conversación, salí de casa y fui a caminar. A unas cuadras pase por una cafetería donde mi ex, Ethan y yo, pasábamos a tomar unos cafés en invierno, solo pudimos hacerlo un invierno, ya que, nos peleamos, y todo quedo así. Nunca mas hablamos, nunca mas nos encontramos, ni siquiera recuerdo por que discutimos, últimamente peleábamos por cualquier estupidez.
Mire a ver si estaba Ethan, hasta el año pasado el trabajaba allí y vivía en New York, quizá ahora no.
Observe el cartel de ''abierto'' y ''empuje'', en la puerta y entre.
—¿Que quiere que le traiga señorita? —dijo el camarero.
—emm, pues, nada. ¿puedo hacerle una pregunta?.
—si, claro.
—Ethan.
—¿que hay con Ethan?
—¿trabaja aquí? —pregunte en voz baja.
—Oh, si si.
—¿y cuando puedo encontrarlo?
—no creo que tenga permiso para decírselo.
—por favor dímelo, es una simple pregunta.
—bien, el esta por las mañanas todos los días de la semana, desde las seis a las doce del mediodía, menos los sábados y domingos.
—muchas gracias.
—le di mucha información—le sonreí y luego se fue.
Me marche de ahí, planeando volver al día siguiente por la mañana, solo quería saber que era de su vida y que tal le caería verme otra vez.